¿Te acuerdas de ese fruto crujiente al interior de los Vizzio que comías (¡o comes!) con frecuencia? La buena noticia es que si bien comer tanto chocolate, por muy doloroso que suene, no es saludable para nuestro cuerpo, la almendra sí lo es y mucho. Sigue leyendo esta nota para contarte todo a detalle.
Las almendras son enormemente saludables y muy nutritivas, a pesar de su alto contenido graso. Poseen una masiva dosis de nutrientes y están repletas de antioxidantes. Los antioxidantes (que son aquellas sustancias que contribuyen a llevar un buen envejecimiento y a prevenir varias enfermedades) se encuentran en la cáscara de las almendras, razón por la cual no es aconsejable consumirlas peladas.
De otro lado, las almendras contienen mucha vitamina E, la cual protege a las membranas celulares de daños externos. Varios estudios han determinado que el consumo de vitamina E se encuentra vinculado a una menor incidencia de enfermedades cardíacas, de cáncer y de alzheimer.
Las almendras son bajas en carbohidratos, como casi todos los frutos secos, y altas en grasas saludables, proteínas y fibras: un alimento ideal para diabéticos.
Asimismo, las almendras presentan beneficios para la presión sanguínea. La presencia de magnesio en estos frutos ayuda a bajar la presión sanguínea. Y también se ha demostrado que las almendras pueden bajar el colesterol. Un estudio de 16 semanas practicado sobre 65 sujetos pre-diabéticos encontró que una dieta con un 20 % más de calorías provenientes de almendras hizo descender el colesterol LDL en un promedio de 12.4 mg/dL.
Otro dato de las almendras es que reducen el hambre, lo cual conlleva a un consumo menor de calorías. En un estudio de cuatro semanas sobre 137 participantes, 43 gramos diarios de almendras redujeron significativamente el hambre y el deseo de comer (20).
Y como si todo lo anterior fuera poco, las almendras ¡son muy efectivas para perder peso! Hay varios estudios que apoyan esta afirmación. En uno de ellos, una dieta baja en calorías con 84 gramos de almendras incrementó la pérdida de peso en un 62 % comparada con una dieta enriquecida con carbohidratos complejos. Otro estudio en 100 mujeres obesas encontró que aquellas que consumían almendras perdieron más peso que las que no lo hicieron. Además, mostraron mejoras en la circunferencia de la cintura y otros marcadores de salud.
Lo mejor de todo es que, como dijimos al inicio, las almendras son deliciosas y no necesitan ningún tipo de preparación especial: de la tienda a la boca, ¡no dejes de añadirlas a tu dieta!