A todos nos pasa, el antojo de media tarde. Ese momento en que lo único que te provoca es un postre. Torta, galletas o alguna golosina. Antes de que corras a la tienda más cercana para saciar tus antojos, asegúrate que no contenga azúcar refinada.
¿Alguna vez sentiste un “bajón” luego de intentar dejar el azúcar refinado por completo? Según el especialista William Dufty, esto se conoce como Sugar Blues. El azúcar es un producto adictivo, el cerebro reacciona a la sacarosa como a muchas drogas, y si lo consumes habitualmente podría provocar síndrome de abstinencia: ansiedad, perturbación emocional, pánico.
Si algo al dejarlo nos produce síndromes negativos, entonces ¿Por qué consumirlo? Está comprobado que al moderar el consumo de azúcar refinada o eliminarlo por completo modificamos nuestra química interna, ayudando a mejorar el estado de ánimo y niveles de energía.
¿Por qué el azúcar genera estos efectos negativos?
En la producción se utilizan químicos como dióxido de azufre o cal. Y no nos dejemos engañar, si piensas optar por azúcar rubia, en la mayoría de los casos se trata de azúcar blanca teñida con melaza.
¿Necesitamos azúcar para llevar una dieta saludable?
¡No! Lo que nuestro sistema necesita es glucosa, ya que es vital para el metabolismo de todas las plantas y animales. La podemos encontrar junto con otros componentes en frutas y verduras.
Bajos niveles de energía, desconcentración y sueño
Cuando hablamos de azúcares que aportan energía, se refiere a carbohidratos complejos como los cereales integrales (Arroz integral, cebada, avena, trigo) El azúcar que contienen es de una calidad diferente al del azúcar refinado, que mantienen los niveles de glucosa por mayor tiempo en nuestra sangre, por lo que no sentimos un bajón de energía.
Por otro lado, los azúcares simples que encontramos en azúcar refinado, harinas blancas o arroz blanco, tienen una duración corta, por lo que no aportan por muy poco tiempo. El resultado de este bajón de azúcar es sueño, pesadez, sensación de fatiga y tristeza.
Hiperactividad y déficit de atención
El exceso de consumo de azúcares simples y sacarosa es una razón común por la que se presentan estos síntomas. Gaseosas, golosinas y chocolates industriales están relacionados directamente con falta de concentración e hiperactividad, sobre todo en niños.
¡Las alternativas son muchas!